Andalucía, mejor exponente de España en el mundo, por su condición equilibradora , había estado condenada al ostracismo durante décadas, años en los que los señoritos cabalgaban sobre las espaldas de los jornaleros, años en los que poco nos diferenciábamos socioeconómicamente de algunas regiones y territorios que hoy llamamos en vías de desarrollo, años en los que nuestros pueblos no conocían en algunos casos , siquiera el alcantarillado ni el asfalto.
Pero llegó un momento concreto y uno general. Después de 40 años de tiranía, en España habíamos conquistado la libertad, la democracia, después de esto, los españoles y por ende los andaluces vimos la oportunidad de empezar a escribir nuestra historia con nuestro propio puño y letra, dotándonos de un autogobierno que nos igualara a los ciudadanos y territorios con mayor desarrollo de España. Para ello y aunque la derecha lo puso difícil, primero con el procedimiento electoral y después con su NO A LA AUTONOMIA ANDALUZA, decidimos el 4 de Diciembre de 1977, que hasta aquí habíamos llegado, que los andaluces teníamos que ser dueños de nuestro destino, siempre claro está, en solidaridad con el resto de españoles, y con el resto de pueblos. Pero no será hasta el 28 de febrero de 1980, cuando los andaluces dimos el salto cualitativo que nos hacía falta y lo hicimos con creces, ganando en la inmensa mayoría de nuestras provincias con más de un 50% de síes , habíamos logrado lo que Blas Infante, jornaleros de toda condición , intelectuales, obreros, algunos empresarios, maestros , habían anhelado cuando Andalucía estaba en el olvido y la miseria.
Y aunque hemos tenido 30 años de conquistas sociales, en los que nuestra sanidad es de las mejores del mundo, en los que ser Andaluz es sinónimo de “envidia sana” , en los que hemos cambiado el analfabetismo por becas para ser bilingües, ahora tenemos el reto más profundo, nos encontramos ante un mundo globalizado en el que tenemos que entresacar las cosas positivas que ayuden a la igualdad entre los hombres y mujeres de Andalucía ,y del resto del mundo, pero ante la que tenemos que seguir demostrando que esto de la Autonomía no es algo dado sino que hay que pelearlo día a día , que los andaluces queremos ser mejores y aportar mayor calidad de vida al resto del mundo, por nuestra vocación universalista .
Y es que entre las cualidades de las gentes de Andalucía, no está la de morir de éxito. La sociedad andaluza necesita de líderes que aúpen los retos ante los que nos enfrentamos, pero también, sin olvidarnos, que cada uno y cada una de las gentes de Andalucía, somos el motor que guía el futuro de esta tierra. Ahí los socialistas, de nuevo, tenemos la obligación moral de seguir liderando el futuro de esta tierra , la misma en esencia que describía Lorca, y al mismo tiempo distinta , ya que hoy somos una tierra prospera, libre y con ganas de seguir escribiendo con nuestro puño y letra, con nuestro sudor, el futuro que solo a Andalucía corresponde.
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