El cambio de ciclo ya ha empezado en la ciudad de Granada.
El pasado sábado día 19 de diciembre, asistí como es costumbre desde que decidí afiliarme al PSOE a la asamblea local del partido en la ciudad de Granada. Cierto que un gélido día no animaba a salir de las casas, pero pronto me di cuenta que el frio se quedaba en la calle, porque cuando entré en el centro cívico norte, el calor del gentío de la asamblea tornó ese gélido día, en un día abierto a la esperanza.
El plan de trabajo, en el que han trabado la ejecutiva local del PSOE, daba unas cuantas pinceladas acertadas de cuál ha de ser el modus operandi del PSOE de la ciudad en los próximos cuatro años. Un plan, ambicioso y al mismo tiempo realista, ilusionante al mismo tiempo que pragmático, un plan guerrero, en el buen sentido de la palabra, y al mismo tiempo respetuoso con todos los sectores sociales de la ciudad, un plan socialista y al mismo tiempo de la ciudadanía. En definitiva, el criterio seguido por la ejecutiva local en la planificación del plan de acción de la militancia fue aprobado por aclamación de todos y todas los allí presentes, calculo que cerca de 300 personas.
Quedando atrás los tiempos convulsos venideros de una derrota electoral, el partido en un solo año ha conseguido rearmarse internamente, de recuperar la ilusión de los que eran crédulos hace un año y los que no. Y eso se nota en las caras, en la forma de hacer política. Pero todo eso no sería suficiente, si nos quedáramos en la autocomplacencia de haber rearmado el partido orgánicamente, si no cruzamos la raya interna del partido hacia la esfera de la calle. Lo hemos venido haciendo con los grupos de trabajo, con los consejos de distrito y sobre todo con las visitas a barrio en las que cada vez más se suma más y más gente.
Con un PP que rebaja el presupuesto destinado a los y las jóvenes en dos años desde 2.000.000 de euros a 700.000 este año, con un PP anclado en tiempos innombrables, que destruye la cultura de esta ciudad, que empequeñece el buen nombre de la misma desaprovechando toda opción de proyección de la misma hacia el exterior, con un PP que en la tónica de abandono de la cultura, deja que los vuelos baratos que a tantos jóvenes nos ha permitido viajar por toda Europa y al contrario, con un PP retrogrado , simple y arribista, entiendo desde mi opinión que el ciclo político está empezando a revertirse.
Y enlazo con la línea anterior, el tiempo político del PP en esta ciudad está tocando su ocaso, y Torres lo sabe, por eso, ese aumento de los nervios y de las malas formas en los plenos, que por otra parte es algo muy propio del PP. Y lo sabe, porque el PSOE ya ha empezado a tener credibilidad e inspirar confianza en la ciudadanía, porque el PSOE es el partido de la gente, es la gente. Y eso que un día perdimos, hemos empezado a recuperarlo y esta inercia positiva de recuperación del tiempo político para la izquierda en esta ciudad es irreversible.
Y es que yo ya percibo que en el corazón de los granadinos y granadinas ha prendido la mecha del cambio…
El pasado sábado día 19 de diciembre, asistí como es costumbre desde que decidí afiliarme al PSOE a la asamblea local del partido en la ciudad de Granada. Cierto que un gélido día no animaba a salir de las casas, pero pronto me di cuenta que el frio se quedaba en la calle, porque cuando entré en el centro cívico norte, el calor del gentío de la asamblea tornó ese gélido día, en un día abierto a la esperanza.
El plan de trabajo, en el que han trabado la ejecutiva local del PSOE, daba unas cuantas pinceladas acertadas de cuál ha de ser el modus operandi del PSOE de la ciudad en los próximos cuatro años. Un plan, ambicioso y al mismo tiempo realista, ilusionante al mismo tiempo que pragmático, un plan guerrero, en el buen sentido de la palabra, y al mismo tiempo respetuoso con todos los sectores sociales de la ciudad, un plan socialista y al mismo tiempo de la ciudadanía. En definitiva, el criterio seguido por la ejecutiva local en la planificación del plan de acción de la militancia fue aprobado por aclamación de todos y todas los allí presentes, calculo que cerca de 300 personas.
Quedando atrás los tiempos convulsos venideros de una derrota electoral, el partido en un solo año ha conseguido rearmarse internamente, de recuperar la ilusión de los que eran crédulos hace un año y los que no. Y eso se nota en las caras, en la forma de hacer política. Pero todo eso no sería suficiente, si nos quedáramos en la autocomplacencia de haber rearmado el partido orgánicamente, si no cruzamos la raya interna del partido hacia la esfera de la calle. Lo hemos venido haciendo con los grupos de trabajo, con los consejos de distrito y sobre todo con las visitas a barrio en las que cada vez más se suma más y más gente.
Con un PP que rebaja el presupuesto destinado a los y las jóvenes en dos años desde 2.000.000 de euros a 700.000 este año, con un PP anclado en tiempos innombrables, que destruye la cultura de esta ciudad, que empequeñece el buen nombre de la misma desaprovechando toda opción de proyección de la misma hacia el exterior, con un PP que en la tónica de abandono de la cultura, deja que los vuelos baratos que a tantos jóvenes nos ha permitido viajar por toda Europa y al contrario, con un PP retrogrado , simple y arribista, entiendo desde mi opinión que el ciclo político está empezando a revertirse.
Y enlazo con la línea anterior, el tiempo político del PP en esta ciudad está tocando su ocaso, y Torres lo sabe, por eso, ese aumento de los nervios y de las malas formas en los plenos, que por otra parte es algo muy propio del PP. Y lo sabe, porque el PSOE ya ha empezado a tener credibilidad e inspirar confianza en la ciudadanía, porque el PSOE es el partido de la gente, es la gente. Y eso que un día perdimos, hemos empezado a recuperarlo y esta inercia positiva de recuperación del tiempo político para la izquierda en esta ciudad es irreversible.
Y es que yo ya percibo que en el corazón de los granadinos y granadinas ha prendido la mecha del cambio…
